Regule correctamente los termostatos,
a veces el termostato más bajo no significa más frío. Además se consigue ahorro energético, más vida de compresor y menos gasto en reparaciones. |
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Si nota muchas vibraciones,
llame a un mecánico frigorísta, una revisión a tiempo puede salvar su
compresor. Piense que un compresor que vibre demasiado puede producir,
entre otras cosas, rotura de soldaduras, desgaste de piezas internas
y componentes externos, roces de tuberías y cables que acaban
deteriorándose. |
Vigile la temperatura del motor.
Cada cierto tiempo, controle al tacto y con cuidado de no lastimarse,
la temperatura de su motor. Si usted cree que está más elevada de lo
normal llame lo antes posible a su frigorísta, ya que esto puede ser un
síntoma de una inminente y costosa avería.
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Observe con regularidad si el tubo de entrada al compresor se hiela. Si esto es así, e incluso empieza a helarse la pared del compresor, haga que
vengan a hacerle una revisión de inmediato. El hielo en esta zona es sinónimo de
retorno de líquido a compresor y como consecuencia de ello forzar sus
válvulas internas, aumento del consumo eléctrico y
rotura del compresor. |
Mantenga siempre sus equipos limpios
Si hay algo que realmente no le gusta a la maquinaria de refrigeración,
esto es la suciedad; el polvo, la grasa y elementos que obstruyan la
circulación del aire, son letales para la instalación además de que
provocan la pérdida de rendimiento y el consiguiente aumento del
gasto energético. |
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Contrate un programa de mantenimiento.
Si usted contrata un programa de mantenimiento, su técnico velará por el perfecto estado de la instalación, cuidándola y mimándola para evitar
posibles averías. Él le aconsejará cuáles son las rutinas que son necesarias
para el buen estado de su maquinaria. |
Siga estos consejos y se asegurará de una larga vida de sus equipos de
refrigeración, evitándose desagradables contratiempos y malgasto
energético. |
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